Autor: Luis Munoz

Las tasas no bajarán más

Las tasas no bajarán más

Septiembre, noveno mes de este complicado 2020, no sólo es económicamente relevante porque pone a las empresas frente al cierre del año; sino porque además limita el margen de maniobra del Banco de México para seguir abaratando el precio del dinero.

El mandato principal del Instituto Central, el “banco de bancos” como también es conocido, consiste en combatir la inflación; pues el incremento generalizado de los precios es el que más lastima a las personas de menos recursos.

Para este año la inflación meta era del 3% y ahora se acerca peligrosamente al 4%, por lo que el Instituto Central ya no tiene margen para seguir reduciendo la tasa como lo ha hecho consistentemente para no empeorar la crisis del Covid-19.

El abaratamiento del precio del dinero es una de las herramientas de las que ha echado mano la autoridad monetaria, para evitar una caída más profunda de la economía que rondará el 10% del Producto Interno Bruto.

Decisión que aligera la carga financiera, para quienes tengan o necesiten créditos trátese de personas físicas o de empresas.

Aunque la reducción de la tasa bancaria de referencia no necesariamente se refleja de manera inmediata en los intereses que pagan los acreditados; este año las instituciones financieras han evitado encarecerlas debido al riesgo de que se incremente la morosidad.

¿Me conviene endeudarme?

Esta pregunta parece fuera de lugar para quienes no estén en posición de hacer planeación financiera; pues son las condiciones adversas las que están determinando que las empresas mexicanas tiendan a endeudarse más.

Pero en un momento como éste, las compañías que recurran a los créditos, sin tener un escenario realista de que contarán con los flujos para poder pagarlos; son las que limitarán peligrosamente sus escenarios de supervivencia.

Este año se ha vuelto popular el concepto de “empresas zombis”, muertas en vida que se siguen moviendo pero que ya no regresarán a hacer dinero.

Hoy nuevamente el efectivo es el rey y hay que entender que el nivel de las tasas al cierre de septiembre, le está poniendo un piso al año.

Técnicamente ya no podrán bajar más, pues de lo contrario Banco de México incumpliría su mandato de contener la inflación.

Carlos Velázquez es un periodista especializado en finanzas y negocios. De 1989 a 1995 fue editor de la Sección Valores y Dinero de El Economista. Actualmente es director editorial de Periodicoviaje.com, conduce el programa Imágenes del Turismo y escribe una columna de lunes a viernes en Excélsior sobre negocios turísticos.

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Educación en tiempos de COVID-19

Educación en tiempos de COVID-19

La educación es un derecho de todos los niños, niñas y adolescentes independientemente de la contingencia de COVID-19. Las escuelas están cerradas, los maestros y maestras han tenido que cambiar sus clases presenciales a una modalidad en línea, y los estudiantes están en casa realizando sus tareas y actividades escolares.

La educación es una forma de brindar estabilidad y seguridad a la niñez ya que ayuda a implementar una rutina, a utilizar su tiempo de forma productiva y así afrontar el trauma, el estrés y el miedo que pueden estar sintiendo a causa de la pandemia. Por eso es muy importante que los niños, niñas y adolescentes puedan seguir estudiando y aprendiendo desde casa, de lo contrario podría darse el caso que olviden algunas cosas que han aprendido.

A continuación presentamos seis consejos dirigidos a padres de familia, quienes tendrán la tarea de acompañar y apoyar a los hijos durante el nuevo ciclo escolar.

1. Cuida la salud emocional de tus hijos e hijas

Es muy importante que les recuerdes que esta situación es temporal y que si estamos en casa es para cuidarnos nosotros y a los demás. Es normal que sientan miedo o preocupación, por eso es importante crear espacios donde puedan expresar sus emociones, invítalos a que hablen contigo y escúchalos con atención; si no quieren hablarlo directamente contigo, sugiéreles que lo hagan a través de dibujos o escribiendo en un diario.

Por otro lado, es recomendable evitar que estén sobreexpuestos a información sobre la pandemia, es bueno que sepan lo que ocurre, pero puedes explicárselos tú con un lenguaje adecuado para su edad.

Otra forma de cuidar sus emociones es que sigan en contacto con sus amigos o con otros familiares, por ejemplo, con llamadas telefónicas o videollamadas.

2. Establezcan una rutina

Es importante que en familia acuerden horarios para hacer las tareas escolares y que en ese tiempo tú puedas estar con ellos ayudándoles en lo que necesiten. Los horarios ayudan a que la familia tenga un sentido de normalidad.

Es importante que sepas que habrá días que niñas y niños no quieran seguir esa rutina y sientan apatía, esto es normal, propicia un tiempo de descanso para que puedan despejarse y después retomar las actividades.

3. No trates de convertirte en maestro o maestra

La situación es muy complicada y seguramente papás y mamás sienten presión para tomar el rol de maestro, pero no se espera que ustedes asuman este papel ni que el hogar se convierta en una escuela, lo que necesitan niñas, niños y adolescentes es el acompañamiento de sus cuidadores.

En cuanto al espacio, te recomendamos que designen un lugar específico para el aprendizaje tanto para que los niños puedan tomar clases a distancia como para que mamás y papás puedan apoyarles en las tareas en el horario que hayan decidido en familia.

Puedes visitar estos sitios de la Secretaría de Educación Pública de México para más información:

https://www.aprendeencasa.mx/aprende-en-casa/

https://www.gob.mx/sep

4. Revisa que tengan todo lo necesario

Verifica que tengan la conectividad adecuada para tomar clases a distancia o que el canal de televisión donde tus hijos toman clases se sintonice bien.

Después revisa que tengan los útiles escolares como cuadernos, lápices, colores, etc., así como los dispositivos necesarios como el teléfono, una pantalla o una tableta.

Finalmente revisa el plan de estudios porque no esperamos que papás y mamás recuerden todo lo que aprendieron en la escuela por lo que te recomendamos que, si no sabes alguna cosa específica cuando estés ayudando a tus hijos e hijas con la tarea, recurras a las fuentes recomendadas por la escuela y a otras fuentes confiables de información, esto es muy importante, recuerda que en internet hay muchos sitios que no son seguros para niñas, niños y adolescentes, es por eso que tu supervisión es fundamental en estos momentos.

Hemos preparado estas recomendaciones para que este difícil cambio en la rutina sea más fácil para niños, niñas, adolescentes, papás y mamás.

5. Regula el tiempo

Niñas, niños y adolescentes tienen diferentes periodos de concentración y atención, los más pequeños pueden concentrarse unos 20 minutos mientras que los adolescentes tienen un periodo de atención de 45 minutos o más.

Por eso te recomendamos que, al hacer las actividades educativas con tus hijos e hijas, procuren no pasar más de los tiempos que mencionamos arriba sentados y enfocados en un mismo tema ya que los niños pueden aburrirse y perder la concentración.

En los horarios que hayan establecido en familia, deben considerar los periodos de descanso.

6. Fomenta el ejercicio y otras actividades

Niñas, niños y adolescentes pueden aprender de muchas formas, por eso es bueno que además de las actividades académicas, fomentes que realicen alguna actividad física como yoga, ejercicio, que bailen o hagan otra actividad guste. Si lo hacen en familia ¡es aún mejor!

Jugar es divertido, pero también es un derecho de niñas y niños que ayuda a su desarrollo físico y cognitivo.

Finalmente, pueden aprovechar el tiempo para hacer manualidades, leer un libro, aprender otro idioma, entre otras muchas actividades.

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La importancia de las mascotas durante la pandemia

La importancia de las mascotas durante la pandemia

La cuarentena en muchos países estrechó el vínculo entre las personas y sus mascotas. De acuerdo a un estudio reciente publicado en Journal of Veterinary Behaviour y basado en casi 1,300 respuestas a una encuesta al cabo de tres semanas de confinamiento, sugiere que los animales de compañía suponen un beneficio para la salud mental, emocional y física de las personas. Tres de cada cuatro personas entrevistadas contestaron que su mascota (perro o gato) les ayudó a superar el confinamiento. “Sabíamos que los animales eran una fuente de apoyo y salud para las personas, pero nunca lo habíamos medido a una escala como esta. Hemos tenido una situación perfecta para el estudio, toda la población estaba en una misma circunstancia ambiental”, explicó Jaume Fatjó, director de la cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los autores del trabajo.

De los participantes en el estudio, el 61,2% respondieron sobre perros y el 38,8%, sobre gatos, cifras que coinciden con la presencia de animales en casa. En México, 7 de cada 10 familias tienen una mascota: el 80% opta por los caninos y el restante, por gatos, según el más reciente estudio del INEGI en 2017.  “Si ya tenían una buena conexión, se ha reforzado más. El vínculo emocional se ha estrechado”, añade Fatjó. En el trabajo se destaca que la interacción con las mascotas ha aumentado, así como las caricias, los juegos y los besos. Además, el coste que puede suponer tener una mascota ha disminuido durante este periodo.

Aunque todo que los animales pasaron de quedarse solos cinco o más horas por día a tener atención las 24 horas, no ha sido todo tan sencillo. El 37% de las personas dice que sus perros mostraron dificultad para sobrellevar la cuarentena, algo que se ve menos en los gatos, cuyo dato, según el autor, es casi irrelevante. Una de las principales razones de esta tensión es la reducción del tiempo de paseo. En el estudio, se observa que, antes del confinamiento, tan solo un 7,9% paseaban a su perro menos de media hora al día, mientras que durante el periodo de altas restricciones, se alcanzó hasta un 49,7%. La otra punta del gráfico indica que el 29,2 % de los perros salían unas dos horas antes de la era del COVID-19 y que, durante las tres primeras semanas de encierro, apenas se llega al 2,5%. “Estos datos son los más relevantes en cuanto a los perros. Es cierto que están menos tiempo solos, pero han perdido calidad de vida por otro lado. Esto puede justificar porque los hayan visto más nerviosos, ladrando más y llamando más la atención”, justifica el experto.

El misterio de los felinos

Pero la preocupación principal del estudio son los gatos: “¿No sufrieron tanto o bien la persona simplemente no se dio cuenta?”. Según explica el autor, existen dos perfiles de gatos, los que comunican su descontento y los pasivos. “Aunque establecen vínculos intensos, a todos los gatos les gusta regularlos, decidir con quién quieren contacto, cuándo y durante cuánto tiempo. Para nosotros el confinamiento ha sido un punto educativo muy importante. Te hace tomar perspectiva. Vas a mirar de otra manera tu relación con el gato. Muchas veces lo tenemos en casa y no nos preocupamos. Pero, ¿tiene suficiente?”, cuestiona el investigador.

Frente a todo esto, Fatjó insiste en que se ha visto, una vez más, que los animales estaban ahí y cumpliendo, pero que las personas tenían una asignatura pendiente: entenderlos mejor. “Cada vez tenemos más evidencias de que los animales son un capital. Tienen una forma distinta de entender el mundo y relacionarse. Debemos hacer un esfuerzo para comprender y hacer que su calidad de vida sea mejor”, propone.

Durante el confinamiento, las personas utilizaron a los perros para tomar el aire y se volcaron más hacia sus mascotas para colmar un vacío. “Ahora nos toca hacer el esfuerzo, sacar a los perros, observar a los gatos y prestarles más atención”, sugiere el estudio. “El cambio de humor de las personas afecta mucho a las mascotas. Realmente les hacemos sufrir”, concluye.

Atendiendo los resultados de esta encuesta y considerando las necesidades de las personas, Vitae Beneficios ofrece el servicio de Asistencia para Mascotas, el cual incluye asistencia telefónica con un veterinario, una consulta gratuita de valoración al año y una vacuna gratuita al año contra la rabia o desparasitación

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La importancia de un seguro en el año de la pandemia

La importancia de un seguro en el año de la pandemia

En México culturalmente tenemos cierta aversión a los seguros, porque nos obliga a hacer un sacrificio económico presente para protegernos de un suceso que, en el mejor de los casos, nunca llegará.

Es verdad que el mejor seguro es el que nunca se tendrá que usar, pero cuánta tranquilidad nos da contar con uno de ellos.

Los seguros para personas se clasifican en cuatro grandes rubros que son de gastos médicos; vida e invalidez; para la protecciones de bienes importantes y los de casa.

A partir de esos conceptos existen muchas variantes, incluyendo seguros para mascotas o para prevenir las descomposturas de electrodomésticos.

Montos

No hay seguros perfectos, por ejemplo contratar un seguro de gastos médicos por una suma asegurada de millones de dólares tiene un precio anual tan alto que muy pocos lo pueden pagar.

Además un seguro no evitará que tengamos que desembolsar una cantidad que se llama deducible y que exigen prácticamente todas las aseguradoras para evitar situaciones fraudulentas.

Un seguro de vida, incluso los más costosos, difícilmente compensarán los ingresos que generaría durante su vida una persona que muera a temprana edad.

Así es que debemos entender a los seguros como una herramienta para recibir ese “empujón” que se requiere en momentos muy malos y así lograr salir adelante.

Vitae Beneficios

Vitaebeneficos.com ofrece varios seguros para apoyar al trabajador en momentos difíciles y que son adicionales a los esquemas gubernamentales de protección social.

Este año, Vitae Beneficios lanzó su membresía Covid-19, para enfrentar el enorme reto de la pandemia.

Uno de sus servicios más útiles es la orientación médica a distancia, pues a través de un cuestionario evaluado por profesionales será mucho más certero saber si ese “catarro” es una gripe común o un síntoma probable de la nueva enfermedad.

Hay que recordar que en México 24% de los casos confirmados por haber sido contagiados por el nuevo coronavirus, tienen que ser hospitalizados.

Vitaebeneficios.com incluye también asistencia psicológica; envío de ambulancia en caso de emergencia con un costo preferencial; seguro por hospitalización; servicios funerarios; seguro de vida; así como aplicación de prueba rápida o molecular (PCR) dependiendo del diagnóstico.

Carlos Velázquez es un periodista especializado en finanzas y negocios. De 1989 a 1995 fue editor de la Sección Valores y Dinero de El Economista. Actualmente es director editorial de Periodicoviaje.com, conduce el programa Imágenes del Turismo y escribe una columna de lunes a viernes en Excélsior sobre negocios turísticos.

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10 consejos para encontrar trabajo en tiempos de pandemia

10 consejos para encontrar trabajo en tiempos de pandemia

La crisis sanitaria ha dejado cerca de 1 millón 181,000 empleos destruidos en México y una situación de incertidumbre para las empresas. Pero esta crisis —que, para muchos expertos, no ha hecho más que precipitar el proceso de aceleración tecnológica que ya estaba en marcha— también ha dejado algunos sectores reforzados y la confirmación de que el teletrabajo es una opción viable. La formación continua, las competencias digitales y las redes de contactos son la clave para encontrar trabajo en tiempos de COVID. Para los que inician el mes de septiembre currículo en mano, estas son las diez claves que les facilitarán la tarea, según los expertos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

1. Buscar en los sectores que han salido reforzados por la crisis

Alimentación, educación, sanidad, farmacia, higiene, logística, tecnología y proveedores de software. Estos son los sectores que han salido reforzados con la crisis sanitaria y los que van a demandar más trabajadores en las diferentes categorías profesionales“, destaca Gina Aran, profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC. Además de las profesiones correspondientes a estos sectores, también serán muy demandados en general:

  • Teleoperadores/as: podrán atendernos no solo mediante el teléfono, sino también por chat y, cada vez más, mediante videoconferencia. Van a ser perfiles muy buscados, pero tendrán que desarrollar competencias comunicativas como la escucha activa, además de saber analizar información y transmitirla.
  • Especialistas en marketing: las empresas competirán por la atención de los consumidores, lo cual impactará en sus campañas de comunicación y marketing, que se centrarán en la personalización.
  • Cuidadores/as: esta es una profesión al alza desde hace años y es previsible que aumente la demanda de personas que puedan ocuparse de personas dependientes o hacer de canguros.
  • Limpiadores/as y personal de mantenimiento: igual que las profesiones relacionadas con la salud, aquellas relacionadas con la higiene de establecimientos o de medios de transporte serán solicitadas para garantizar el control de los contagios.
  • Formadores/as en habilidades de comunicación y trabajo en equipo en remoto: debido a las nuevas situaciones de trabajo, las profesiones que faciliten la productividad del teletrabajo serán solicitadas.

2. La formación es la clave

Formarse no tendrá un momento. Siempre hay que estar en formación continua; los autónomos y emprendedores con mayor razón“, explica Manel Fernández, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC. “Creo que todos los trabajadores tienen que dedicar un tanto por ciento de su presupuesto anual y de su tiempo a la formación que mejore su especialización (upskilling). También va a ser necesario formarse en temas nuevos para poder estar abiertos y preparados ante nuevas expectativas y oportunidades (reskilling). El plan de carrera toma ahora más relevancia que nunca. Si te lo ofrece tu empresa, será un plus; si no es así, tendrás que estar dispuesto a diseñarlo tú mismo. Los cambios van a ser constantes y vamos a tener muchas reinvenciones profesionales a lo largo de la vida”. Durante la pandemia, muchos aprovecharon el momento de parón para hacer formación: esta es la mentalidad de futuro.

3. Prepararse para las entrevistas telemáticas

Si antes de la pandemia el 40 % de las entrevistas de trabajo ya se desarrollaban en formato virtual, ahora la tendencia ha aumentado exponencialmente. Gina Aran nos da las claves para enfrentarnos a esta situación con éxito:

Existen dos tipos: grabadas y en vivo. En el primer caso, habrá que responder en un video a algunas preguntas que nos propondrá la empresa y, en el segundo, la entrevista se llevará a cabo en directo mediante plataformas tecnológicas o aplicaciones como Zoom, Skype o Google Meet.

Tenemos que comprobar con antelación que la tecnología funciona bien (micrófono, cámara y conexión a internet). En cuanto nos manden el enlace con la invitación para realizar la videoconferencia, hay que instalarse la aplicación —si no la teníamos— y hacer una prueba. En el caso de que algo falle, hay que comentarlo a la empresa inmediatamente y ofrecer otra opción. Si nos sentimos inseguros, podemos ensayar un simulacro de entrevista con una persona de confianza, practicar y grabarla para corregir posibles defectos.

  • Puntualidad y formalidad: no por estar haciendo la entrevista desde casa debemos mostrar una imagen más informal que si estuviéramos en una oficina, y esto afecta a la forma en que nos vestimos, en que nos comportamos o en que nos expresamos frente al entrevistador. Para que la persona que está al otro lado de la pantalla tenga la sensación de que la estamos mirando a los ojos, debemos mirar a la cámara del ordenador o el teléfono. Debemos ponernos de acuerdo con las personas con las que convivimos para que no haya ruidos inesperados o interrupciones durante la conversación.
  • El fondo: debe ser lo más neutro posible y con buena iluminación, como una pared, aunque si por ejemplo la entrevista es para un puesto de teletrabajo y disponemos de un espacio idóneo para trabajar en casa, podemos mostrarlo, cuidando siempre que aparezca ordenado. En el caso de que no tengamos ningún lugar adecuado en casa, podemos elegir un fondo virtual que nos proporcionan algunas de las plataformas de videoconferencia.
  • Pregunta final: no hay que olvidar prepararse la pregunta “¿Qué has hecho durante el confinamiento?”, porque va a ser una de las que más nos van a hacer en las entrevistas de trabajo pos-COVID. Aquí se puede ofrecer una pincelada más personal, pero lo que realmente están valorando son habilidades como la adaptación al cambio o la gestión de conflictos, así que son buenas respuestas las que demuestran que durante este periodo hemos sido proactivos. Decir que hemos aprovechado para hacer un curso de formación también es una buena respuesta.

4. Diseñar una estrategia

Cuando pensamos en buscar trabajo, muchas veces lo primero que hacemos es entrar a buscadores de empleo sin hacer ningún tipo de reflexión previa. “Planificamos todo y todo el tiempo, pero no dedicamos ni un minuto a diseñar nuestra trayectoria profesional“, comenta Manel Fernández. Durante el confinamiento, mucha gente ha visto cómo el parón obligatorio les ha hecho replantearse la forma en que trabajan o incluso la ciudad en la que viven. “Yo animaría a la gente a preguntarse: ‘¿Dónde me veo profesionalmente de aquí a tres años?’, seguro que puede servir para dar los pasos adecuados y alcanzar los objetivos de futuro”, recomienda este experto.

5. Buscar información propia en Google

Es casi la primera tarea que hay que hacer cuando se está buscando trabajo, porque es lo que va a hacer el reclutador casi antes de mirar nuestro currículo. El 86 % de las empresas utiliza las aplicaciones y las redes para conocer mejor a los candidatos. Es el momento de ver qué información pública hay de nosotros en internet, eliminarla si consideramos que no nos favorece en la búsqueda de empleo o, por lo menos, estar prevenidos por si nos preguntan en la entrevista. Hacer marca personal mediante las redes sociales es fundamental para saber transmitir nuestra propuesta de valor. En ese sentido, LinkedIn es la red de redes: “El perfil del candidato es una consecuencia de lo que dice que es. Cuando cualquier reclutador lo visite, verá los artículos que ha publicado, los posts que escribe, dónde da like, sus intereses, lo que esa persona aporta a las redes… Si lo que aporta es un perfil sostenido en el tiempo, muy profesional, donde se percibe que se tienen habilidades interpersonales para trabajar en equipo, creatividad, interés en el desarrollo de proyectos, generar confianza… esa será su primera carta de presentación”, considera Manel Fernández.

6. Reactivar la red de contactos

El dato de que el 80 % de las ofertas de empleo nunca salen al mercado constata lo importante que es tener una buena red de contactos, que hay que cuidar durante toda la vida profesional, especialmente en momentos de búsqueda de empleo. Ahora bien, no se trata de tomar a los 3,500 contactos de LinkedIn y mandarles un correo electrónico masivo, sino más bien de hacer una prospección y enviar diferentes mensajes a diferentes contactos en función de lo que esperemos conseguir de cada uno. “Para conocer y hacernos conocer personalmente”, señala Gina Aran, “recomiendo la asistencia a eventos, ferias, cursos relacionados con nuestro ámbito e interactuar. No debemos limitarnos a intercambiar tarjetas de visita, sino que tenemos que explicar qué hacemos, qué buscamos y qué podemos aportar”.

7. Convertir el currículo en una propuesta de valor

Aunque el currículo de toda la vida (ya sea en su formato papel, video o en línea) siga siendo una buena herramienta como base de datos de nuestra trayectoria profesional, ahora se habla de “propuesta de valor”. “El candidato tiene que pensar en por qué la empresa le contrataría a él y no a otra persona, en qué es especialmente bueno y cómo puede contribuir a mejorar la organización. La diferencia entre hacer un currículo y una oferta de valor es que el demandante se anticipa a que la empresa vea en él una necesidad y, a partir de ahí, redacta un documento que en su formato podría ser parecido al currículo, pero no está enfocado a lo que es —eso se puede decir al final, casi como anécdota—, sino en lo que puede aportar de valor a la empresa”, comenta Manel Fernández.

8. Adaptarse a los cambios

El mercado laboral tal y como lo conocemos está cambiando. Puede que las empresas ofrezcan contratos con jornadas reducidas mientras exista una situación de incertidumbre y no hayan podido retomar la actividad al 100%. Por otra parte, el teletrabajo ha venido para quedarse. No solo porque las compañías tienen que mantener su actividad ante posibles rebrotes, sino porque, además, es una demanda de los trabajadores. Como dato, LinkedIn ha registrado desde marzo un 60 % más de búsquedas de trabajo remoto en todo el mundo. Los candidatos que tengan experiencia en teletrabajo estarán mejor posicionados en la búsqueda de empleo.

El trabajo autónomo también aumentará, ya que muchas empresas estarán abiertas a contratar productos y servicios externamente, así que en determinadas profesiones no estaría de más valorar la posibilidad de trabajar como autónomo (freelance).

9. Aprovechar los recursos públicos

Según Manel Fernández, “hay muchísimos recursos públicos que las personas deben aprovechar y, además, son gratuitos; seguro que alguno es de ayuda en el proceso de búsqueda de empleo o transformación profesional. La clave no está en esperar, sino en buscar y aprovechar todas las oportunidades que ofrece el sistema”.

10. Mantener una mentalidad positiva

Buscar trabajo es una carrera de fondo y es importante mantener una actitud positiva ante los inconvenientes que seguramente surjan durante el proceso. Como aporta Gina Aran, el Foro Económico Mundial ha calculado en 75 millones los empleos que van a desaparecer por la aceleración tecnológica, pero, en cambio, van a surgir 133 millones nuevos. “La mitad de los niños que están ahora en primaria van a trabajar en profesiones que aún no conocemos. La COVID nos ha puesto las pilas en muchos sentidos: ha cambiado valores, nos ha hecho descubrir competencias que no sabíamos que teníamos, nos ha hecho teletrabajar cuando siempre habíamos sido reticentes a ello y hemos visto que sí podemos. Todas las revoluciones industriales llevan aparejadas crisis, pero no podemos quedarnos con una visión negativa, sino tomar una actitud resiliente, de aprendizaje y mejora”.

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Viene otro año difícil, pero no tanto

Viene otro año difícil, pero no tanto

Los Criterios Generales de Política Económica es un documento clave para abrir la discusión sobre lo que podremos esperar el próximo año en el terreno de la economía.

El de 2021 es particularmente importante, porque el país vendrá de una crisis sin precedente provocada por el Covid-19.

Este año veremos una caída de dos dígitos del Producto Interno Bruto (PIB), que puede ser de 10 u 11 por ciento en el mejor de los casos.

La Secretaría de Hacienda anticipa que para 2021 habrá un crecimiento de 4.6%, pero hay que recordar que el país viene de una base menor a la de 2019 así es que no recuperaremos ni la mitad de lo que se perdió con esta crisis.

Además habrá menos recursos fiscales y el Presupuesto de Egresos será de 6.2 billones de pesos según los cálculos oficiales, esto es 3% menor contra este año, con una baja de 2.6% en los ingresos tributarios.

El dólar se situará en el año en 21.90 pesos, apenas 40 centavos menos respecto a las estimaciones hechas para 2020.

Todo esto significa, en resumen, que en el mejor de los casos 2021 será un año difícil, con muchas restricciones, en donde seguirá siendo importante cuidar la caja de las empresas.

Para las que hacen negocios con el gobierno, sobre todo habrá oportunidades en sectores como la salud, la educación, la seguridad y la tecnología.

Nuevamente Vitae Beneficios será una excelente opción, para cumplir con los requisitos laborales que exige la NOM 35 y darle a los trabajadores herramientas que influyan positivamente para reducir la rotación de personal.

Hay quienes están o no de acuerdo con la conducción económica del actual gobierno, pero en todo caso es importante reconocer que las cifras macroeconómicas de Hacienda tienen congruencia.

Así es que los escenarios apuntan a la recuperación paulatina, con una inflación que prevista en alrededor del 3%.

La contienda electoral, además, generará gastos extraordinarios en los primeros meses del próximo año; pues hay incentivos muy grandes tanto para quitarle la mayoría de votos en el Congreso a Morena como para que el partido en el poder los defienda.

Carlos Velázquez es un periodista especializado en finanzas y negocios. De 1989 a 1995 fue editor de la Sección Valores y Dinero de El Economista. Actualmente es director editorial de Periodicoviaje.com, conduce el programa Imágenes del Turismo y escribe una columna de lunes a viernes en Excélsior sobre negocios turísticos.

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El ABC de los créditos personales

El ABC de los créditos personales

El Covid-19 está planteando grandes retos a todos y hoy, cuando bajan los ingresos y crecen las necesidades, surge la tentación o la necesidad de pedir un crédito.

Vitae Beneficios ofrece créditos de nómina y tanto esta plataforma como tener un trabajo formal y una tarjeta de crédito, hacen más sencillo acceder al financiamiento.

Hacerlo de forma inteligente, requiere tener claro en qué situaciones y hasta cuánto es conveniente pedir dinero prestado.

Una regla de las finanzas personales es nunca comprometerse a pagar por financiamientos más del 30% de nuestros ingresos totales; así es que una persona que ganara 10 mil pesos mensuales no debería comprometerse a pagar más de tres mil.

Ello incluye todo, el crédito del Infonavit, la mensualidad de la tarjeta, el crédito de nómina y hay que tener claridad sobre la tasa o costo de ese dinero.

Un crédito se debe pagar, no sólo porque es nuestro compromiso personal; sino porque de ello depende tener acceso a más financiamientos en el futuro.

El historial crediticio de una persona es como una carta de presentación, que describe si es digna de confianza o no.

Cuándo pedirlo

Un crédito se debe solicitar por dos razones: para hacer frente a un imprevisto que no podamos resolver con los ahorros o para aprovechar una oportunidad.

Una institución financiera o la empresa donde colaboramos, privilegiará para darlo la capacidad de pago de una persona pues si no cumple afectaría a quienes le confiaron su dinero.

No hay que tener miedo a los créditos y si se utilizan de manera inteligente serán muy útiles para aumentar nuestro patrimonio o mejorar nuestro nivel de vida.

Si a través de ese crédito estamos adquiriendo un automóvil para facilitar la movilidad de la familia, para entrar a un negocio que nos producirá ganancias o para aprovechar una oferta, todas ellas son razones positivas.

El secreto es entender que ya no contaremos con la parte de nuestro sueldo, que destinaremos a pagar el financiamiento.

En este año hay que evitar más que nunca usar un crédito para dilapidarlo en algo poco importante; si respetamos estas reglas un crédito será una herramienta muy útil en vez de convertirse en un problema.

Carlos Velázquez es un periodista especializado en finanzas y negocios. De 1989 a 1995 fue editor de la Sección Valores y Dinero de El Economista. Actualmente es director editorial de Periodicoviaje.com, conduce el programa Imágenes del Turismo y escribe una columna de lunes a viernes en Excélsior sobre negocios turísticos.

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Las profesiones que sobrevivirán a la pandemia son digitales, globales y ambientales

Las profesiones que sobrevivirán a la pandemia son digitales, globales y ambientales

La pandemia del COVID-19 ha sacudido el mundo laboral y muchas profesiones de sectores estables y prósperos se han visto perjudicadas de la noche a la mañana. ¿Qué competencias deben tener los profesionales en un contexto de crisis sanitaria y económica como el que vivimos? Para la vicerrectora de Competitividad y Empleabilidad de la UOC, Àngels Fitó, deben tener conocimientos “digitales, globales y ambientales”, y añade que “se trata de dotar transversalmente de nuevas competencias y contenidos al conjunto de profesionales, con independencia del ámbito en el que trabajan”.

Sectores clave de la economía española, como el del turismo, el de la agricultura o el inmobiliario, se ven obligados a reinventarse. Para Fitó, en este proceso existen dos tendencias clave que hay que tener en cuenta: la digital y la medioambiental.

En el ámbito del turismo, por ejemplo, se impone la necesidad de replantear el sector, tanto para mejorar su huella ambiental como para aprovechar al máximo las oportunidades de la tecnología, apunta la experta. “Una nueva versión de turismo 4.0 digitalizado y sostenible requiere expertos en tecnologías aplicadas al turismo (posicionamiento web, comunicación digital, ciencia de datos), así como expertos en turismo sostenible o ecoturismo”, detalla.

En el ámbito de la salud, también la tecnología está dando paso a nuevos perfiles profesionales, como los vinculados a la salud digital, la bioestadística o el tratamiento personalizado de los pacientes o nanomedicina.

En sectores como el agrario, la tecnología y la sostenibilidad están transformando el panorama laboral. “La necesidad de disponer de nuevos modelos predictivos, de cultivos sostenibles o de sistemas automatizados que mejoren la gestión de explotaciones y empresas agrícolas está ofreciendo nuevas oportunidades a matemáticos, ingenieros especializados, biólogos o economistas, que deberán desarrollar nuevas capacidades tecnológicas, ambientales o administrativas”, explica Fitó.

Pero Fitó concluye que en el resto de sectores, desde el del retail hasta el energético, pasando por muchos otros, también habrá nuevas oportunidades fruto de estas tendencias de fondo. Así, en el ámbito de la economía se acelerará la necesidad de disponer de auditores de algoritmos, expertos en economía circular o analistas de crédito o de riesgos. En el campo del derecho, surgirán oportunidades para la especialización en aspectos ambientales o tecnológicos, y en otros ámbitos, como la psicología o la filosofía, la necesidad de interactuar con las nuevas tecnologías abrirá nuevas oportunidades laborales, comenta la experta en empleabilidad.

¿Qué necesidades formativas tienen estas nuevas profesiones?

Para la vicerrectora de la UOC existe la necesidad de incorporar en todos los planes formativos aproximaciones específicas a lo digital, lo global y lo ambiental, desde las humanidades hasta las ingenierías, pasando por las ciencias sociales o las de la salud. En cuanto a las habilidades, las competencias digitales, los idiomas, las capacidades analíticas, la orientación a resultados o el liderazgo digital, son nuevos requerimientos necesarios para mantener una inserción laboral de calidad, explica.

Como en la mayoría de los casos, estos perfiles surgen de un proceso de hibridación de conocimientos. La formación se realiza a través de programas de posgrado “que logran llegar más rápido al mercado, que evolucionan con el propio mercado y que sirven para mantener el potencial de empleabilidad de los trabajadores focalizados en el reciclaje constante”, concluye Fitó.

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¿Distanciamiento social o físico?

¿Distanciamiento social o físico?

Desde la sociología, el distanciamiento social tiene muy poco que ver con la idea de distanciamiento desde la epidemiología, de la que tanto se habla estos días con motivo de la COVID-19.

En los últimos meses hemos oído, hemos leído y muchos hemos utilizado el concepto de “distanciamiento social” de manera exponencialmente creciente. Pero nos hemos detenido en él relativamente poco. Lo usamos para referirnos a la distancia mínima que debe haber entre dos personas para minimizar el riesgo de contagio por COVID-19, unos dos metros. Sin embargo, la distancia de dos metros de seguridad no es una distancia social sino una distancia física, necesitamos un espacio físico de dos metros, independientemente de la distancia o proximidad social que haya entre nosotros, así lo aseguran en un análisis Natàlia Cantó, Roger Martínez e Isaac Gonzàlez, sociólogos y profesores de los Estudios de Artes y Humanidades de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

En epidemiología, se usan indistintamente los términos de distanciamiento físico y distanciamiento social. Sin embargo, desde la sociología, hablar de distanciamiento social en este sentido no hace más que confundirnos, es por esto que los expertos defienden que abandonemos el término y pasemos a hablar únicamente de distanciamiento físico. “Podemos entender que, durante los primeros días del confinamiento de la población, nos parecía adecuada la imagen de la ausencia de contacto social para describir la nueva realidad, pero con el paso de las semanas, hemos tenido tiempo de sobra para darnos cuenta de que no solo en el desconfinamiento nos tendremos que volver a encontrar en las calles manteniendo la distancia física, sino que incluso durante el propio confinamiento no ha tenido mucho sentido hablar de distanciamiento social, ya que si bien muchos vínculos efectivamente se han congelado o distanciado, otros se han afianzado e intensificado e incluso se han creado vínculos nuevos, como ha ocurrido en algunos casos entre vecinos”, apuntan los expertos de la UOC.

La distancia social no se puede medir ni en metros, ni en centímetros, ni en kilómetros en el campo de la sociología. De acuerdo a los expertos de la UOC, el uso más habitual del término hace referencia a la distancia en relación con la desigualdad, sobre todo, la desigualdad socioeconómica, alguien de la clase alta se percibe como muy distante de alguien que vive en la extrema pobreza, lo que podríamos llamar distancia “social vertical”. Esta distancia en términos jerárquicos también se puede aplicar a otras formas de desigualdad y de desigualdad de oportunidades, como la que se deriva de la etnicidad, el género, la sexualidad, la nacionalidad, la edad, etcétera. La distancia o proximidad social entendida en estos términos es independiente de que dos personas concretas se relacionen entre ellas a menos de dos metros de distancia, más bien la entendemos como la distancia en oportunidades de vida, en acceso desigual a los recursos, en derechos y obligaciones diferenciados.

Interacciones entre individuos y maneras de pensar qué es la distancia social.

Para Cantó, Martínez y Gonzàlez, cuando hablamos de interacciones entre individuos, estas no deben ser necesariamente cara a cara y menos a dos metros de distancia, por el contrario, muchas de estas interacciones se pueden hacer mediante carta, teléfono, mensaje de WhatsApp, videoconferencia o un simple me gusta en Instagram o Twitter. Por lo tanto, estas distancias sociales tampoco tienen mucho que ver con lo que estas semanas llamamos “distanciamiento social”. La distancia social entendida en estos términos, no sólo hace referencia a la frecuencia de las interacciones, sino también al tipo de interacción, de vínculo que establecemos en esta interacción, en cuanto a intimidad, reciprocidad, obligación mutua, asimetría, agresividad, etcétera. Podemos sentirnos mucho más distantes socialmente de nuestro jefe en el trabajo, a quien vemos todos los días, que de una amiga a la que solo vemos una vez al año.

Para entender cuál es el vínculo social, tenemos que entender cuál es la distancia social «imaginada» que acompaña la relación, cuál es el sentido que le damos, las expectativas que generamos y la intensidad que experimentamos; esta distancia social imaginada tiene tanto que ver con la manera en que interpretamos las interacciones concretas entre individuos como con la manera en que imaginamos las relaciones más abstractas, por ello, cuando interaccionamos con personas que no habíamos visto nunca, tenemos una noción de la proximidad o distancia social respecto a ellas, y en este sentido, nos podemos sentir “como en casa” o “fuera de lugar”.

El confinamiento y la distancia social tras la COVID-19

Desde esta mirada, la pregunta por los efectos del distanciamiento social, que tanto se repite estas semanas, no es tanto por la ausencia de interacción cara a cara, o por los dos metros de separación, sino por el impacto del confinamiento en estas dos maneras de entender la distancia social: la desigualdad (vertical) y las redes relacionales (horizontal). En cuanto a desigualdad, se ha comenzado a analizar cómo el confinamiento puede aumentar las distancias sociales y no solo las más evidentes derivadas del impacto económico de la pandemia “ya se ha empezado a señalar cómo el hecho de que sectores con menos capacidad para teletrabajar sean situados en la base de la estructura social, que es donde afecta más la inactividad; o cómo en el ámbito de la enseñanza, la desaparición de la presencialidad puede aumentar las desigualdades de oportunidades educativas” afirman los sociólogos de la UOC.

Hemos tenido que reconfigurar las redes relacionales, es decir, con quién hablamos por teléfono, con quién hacemos videoconferencias, con quién nos escribimos mensajes de WhatsApp, también hemos modificado el entramado relacional, sea o no temporalmente. Cada persona, además, se siente más o menos cómoda con unos medios o con otros, o teniendo o no la iniciativa. Se han roto vínculos e interacciones con gente a la que veíamos todos los días, porque eran compañeros de trabajo, de la escuela o de cualquier otro ámbito relacional, mientras que se han acentuado otros o generado nuevos, porque han aumentado los contactos con personas que se veían poco, o se ha conocido y establecido algún tipo de relación con vecinos con los que nunca se había interactuado.

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Comercio electrónico de pymes incrementó en 94.6% durante la pandemia

Comercio electrónico de pymes incrementó en 94.6% durante la pandemia

Los datos de la segunda edición del estudio sobre venta en línea 2020, realizado por la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO), reflejan cómo la pandemia obligó a las empresas a acelerar su presencia en canales digitales. Estas cifras dan a conocer que 6 de cada 10 de estas empresas ya están vendiendo por Internet. Esto representa un aumento del 94.6% respecto a 2019Juan Fernándo Vélezcountry manager de BlackSip, lo expresa como la “súperdigitalización”, un impulsor en la economía debilitada ante la pandemia.

El sector de las PyMES enfrenta una situación de desconocimiento de estrategias digitales y no tiene claro cómo iniciar el proceso de venta por Internet. La falta de habilidades en estrategias digitales, sumada a no contar con herramientas idóneas, se convierte es uno de los principales factores por los que aún no inician ventas en línea, destacando la ejecución de los cobros de sus ventas.

Al respecto, Jaime Márquez, director de nuevos negocios de la empresa STP, participante del Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI) del Banco de México, comparte en un comunicado enviado a NotiPress, que una de las mejores opciones para que las pymes puedan hacer el cobro de sus ventas es mediante el uso de CoDi o SPEI. Esta opción es segura, además está disponible las 24 horas del día, los siete días de la semana. Posee liquidez inmediata y con el menor costo del mercado.

CoDi y SPEI brindan a las empresas y pequeños comercios la posibilidad de ofrecer dos medios de pago nuevos a sus clientes, donde el usuario no coloca sus datos bancarios ni de su tarjeta en sus páginas, dando más seguridad y tranquilidad a los compradores. Además, genera un ahorro significativo en comisiones por medios de pago, ya que estos son los más económicos para la empresa y son 100% líquidos y conciliables en tiempo real.

Por su parte, el estudio también marca que tras la llegada de Covid-19 a México, las empresas se vieron obligadas a atender el canal en línea que antes representaba una pequeña fracción, para 3 de cada 10 pymes representaba menos del 1% del total de ventas. A raíz del cambio de hábitos del consumidor, sus ventas online comienzan a ganar fuerza. Se prevé, posterior a la pandemia las ventas en línea representarían más del 31% para 3 de cada 10 pymes.

Las proyecciones económicas colocan en el futuro inmediato un panorama complejo a nivel global, coinciden los especialistas. México no es la excepción a esta circunstancia derivada de la pandemia. “El crecimiento no va a ser automático, tenemos que hacer ajustes [en las distintas industrias]“, sostiene el country manager de BlackSip. “La contingencia aceleró el cambio de paradigma del proceso de ventas a distancia, con el incremento de las empresas que entraron a vender en línea y la eliminación de la fricción y los costos asociados del proceso de cobro generado por los procesadores de pago vía tarjetas”, concluyó el director de negocios de STP.

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